"No te enojes tanto" me dijo alguien.
"Las buenas vibras generan buenas vibras" me dijo otro.
"No vale la pena, ella duerme tranquila" me aconsejó alguien más.
Pero¿ saben que?
Cuando se meten con mi trabajo se meten conmigo. Porque mi creación artística es mi compromiso con mi vida. Yo soy quien soy gracias a las formas de arte que fui encontrando. Soy quien soy gracias a haber puesto ansias, pensamientos, emociones y esfuerzos en superarme a mí mismo de modo constante y esforzado. Soy consciente de lo que sé pero también lo soy de lo que ignoro. Por eso cada producción que emprendo la hago con pasión, con furia y tambipen con precisión de cirujano, con cuidado, con observación del detalle. No sólo el artístico.
El humano.
Para mí no existen- son inadmisibles- los equipos de trabajo en los que hay tensiones, malas energías y falta de cordialidad. Para mí un trabajo perfecto es aquel que combina la técnica, la reflexión artística y la calidad humana en una verdadera construcción de equipo. No me bastan las buenas intenciones ni los "cumplidos": necesito presencias reales, leales y coherentes. La coherencia para mí, construye al profesional.
Si no sos consecuente con tu compromiso no me importa cuantos cursos tengas: no sos un profesional.
Montar teatro es dificil. Implica estar , implica defender un proyecto pese a todo y llegar al mejor resultado posible. Si un director tiene la humildad de saberse limitado buscará el mejor equipo que pueda reunir. Y pondrá en ese equipo toda su fe, su confianza y su expectativa de saber que no le fallará jamás.
No fallar, significa ser profesional. Ser profesional, recordemos, es ser consecuente con tu compromiso.
Cuando vemos a la icónica Miranda en "The Devil wears Prada" pensamos en que realmente es una villana. Dura, implacable, sarcástica y obsesionada con su trabajo. Quizá porque nadie repara en que , como ella misma lo dice al final de la historia "lo cierto es que nadie puede hacer lo que yo hago". Y por amor a su trabajo lleva adelante una operación maquiavélica donde alguien sale mal parado. Pero nadie se atreve a arruinar lo que ha construido durante años. Y entonces, cuando estoy en mi lugar de dirección me pregunto:¿es Miranda el Diablo?¿Es uno el diablo por el hecho de exigir, pedir, reclamar y convocar coherencia en todos y cada uno de los momentos del proceso de creación?
Hace unos días dos personas de mi equipo a quienes confié a ojos cerrados un trabajo teatral que amo y en el que invertí dinero, esfuerzo, potencia y expectativas, se "bajaron" de su compromiso de manera insólita: groseramente "me largaron" uno con un silencio absoluto, la otra con un mensaje desprolijo via WhatsApp. En cuestión de segundos destruyeron no sólo la confianza que deposité en ellos sino el delicado y sólido entramado que construí durante meses para confiarles mi obra, mi corazón, mi vida.
Porque un proyecto teatral me mantiene vivo. Y por lo tanto, "borrarse" de él con esa indolencia y con ese desprecio por mi cuidado es como darme un balazo entre los ojos ( Rigth between the eyes! cantaba Wax en los ochenta)
Me dolió. Me ofendí. Me enojé.
"No te enojes tanto" me dijo alguien.
"Las buenas vibras generan buenas vibras" me dijo otro.
"No vale la pena, ella duerme tranquila" me aconsejó alguien más.
Pero¿saben que? Al abandonar mi proyecto de modo tan desaforado, grosero e inexplicable, atentaron contra aquello que me da vida y que me hace ser quien soy. Y eso para mi tiene una sola respuesta:
Es IMPERDONABLE.
No volveré a trabajar con esas personas. No volveré a hacerlo con nadie que se arrostre el derecho( y la insólita creencia) de que cree que puede tomarme como una segunda opción cuando yo lo traté y la traté como la primera. Y de modo preferencial y halagador.
Hace un tiempo me sucedió también con alguien más. Y me cansé, honestamente. Me harté de disculpar y comprender cuando esas personas que asumen un compromiso son INCAPACES de sostener un comportamiento igual de coherente conmigo.
BASTA.
Soy un autor-director y productor que te confiará su obra, su riesgo, sus ideas con la mayor de las confianzas. Soy quien te brindará todo lo mejor que esté a su alcance para que te sientas tratado a cuerpo de rey.
Pero si me fallás una vez, me fallás para siempre.
No volveré a tener ningún tipo de relación con esas personas.¿Les importa? Quizá no. A mí tampoco me importa si no les importa. estoy tranquilo con mi conciencia.
Pero hoy estoy ofendido, molesto y dolido. Y no retiraré una sola palabra de lo que he dicho respecto de ellas.
Quien lea esta entrada deberá saber que para trabajar conmigo debe tener conciencia de un proceso que va desde el principio hasta el fin. Que no siempre se puede permanecer hasta el final pero que estas "bajas" a lo loco son para mí el peor de los insultos.
Mis proyectos son mi vida. Si los insultás, me herís de muerte.
Yo no perdono a mis asesinos.
Recuérdenlo siempre.
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