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Mostrando las entradas de agosto, 2009

APRENDER...OTRA VEZ

No hay final. Para el aprendizaje, no hay un final. Escucho aquello de que en el arte no hay lugar mas cómodo que la incomodidad. Porque los lugares de "consagración" son aquellos que nos destinan al punto muerto, a la nada. Y entonces es bueno estar incómodo. Bueno, pues yo estoy incómodo: aprendiendo a nadar en aguas turbulentas, caprichosas, con corrientes contrarias que me devuelven a la playa como punto de partida repetido o que me hunden en la confusión para volver a empezar de nuevo las braceadas al instante siguiente. Un año en el que me he dedicado a volver a aprender y a comenzar a aprender...y siento que cada vez, sé menos. Y es incómodo pero lleva esa ventaja: aprender a nadar en aguas revueltas. Y dicen que a río revuelto, ganancia de pescadores. Siempre me ha gustado el orden preciso, lo previsible, lo estimado, lo prolijo. Pero quizá el arte no tiene nada que ver con eso y me invita a la locura. A personajes inesperados, a proyectos inesperados, a produc

APLAUSOS

Un aplauso no nos puede abrazar, un ensayo no nos puede contener, o sí? ¿Que es lo que queda luego del show, luego del ensayo? Espacios vacíos, recuerdos, energías. Antes, expectantes, tenemos todo el impulso. Durante, es la furia, las ansias, la locura. Luego, no lo sabemos. Pero en todos los casos, hay una necesidad de seguir, de continuar, de trabajar. Porque uno ha elegido hacer lo que hace. Y porque en el camino de la elección comienza a comprender lo que significa ser un profesional. Y no significa cometer menos errores: significa estar ahí. Pase lo que pase. Con dolores en el cuerpo, con dolores en el alma, con retrocesos, con pocas ganas, con mas ganas. Pero hay que estar. Como llegar a la cita de amor cruzando el campo minado: así es como uno pelea para llegar a su meta con el arte. En el medio, aparecen las dudas, los miedos, las contramarchas, las cuestiones burocráticas, las broncas, los temores solapados, las cuestiones técnicas no resueltas, los celos.Una mir