Ir al contenido principal

CELEBRACIÓN

No debía dejar pasar esta noche.
Los pensamientos están nítidos.
Quizá no pueda escribirlos todos( o no quiera) pero algunos ...es necesario compartirlos.
Hoy es 19 de junio de 2014. Hace exactamente dos años comenzaba una aventura.
Había que cumplir un trámite. Había que entregar un plan de investigación para la Universidad. Trámite. Formalidad.
Que pesadumbre.
Recuerdo haber elaborado ese plan de tesina en medio del agobio, del sentido del deber, del sinsentido. Yo no quería seguir con el teatro. Sólo quería cumplir con una carrera, agregar un título más a mis carpetas y cerrar una etapa. Iba de la mano de una directora a la que estaba conociendo.
Y yo no entendía nada.
2012 fueron dos años en uno. Ese viernes de junio en que entregué el plan estaba seguro de que no sería aprobado. Lo dejé,me olvidé de él y volví a mi mundo desorientado.
Dos semanas mas tarde, tomé un micro. Bajé en Buenos Aires, paseé mi hastío por ahí y entré a un teatro sólo para saciar mi curiosidad. Tres horas más tarde,al salir de la función, otro año había comenzado.
Todo volvía a tener sentido.
Aquel "desangelado" plan fue aprobado con elogiosas palabras tres meses mas tarde. Y comenzaba la etapa de investigar, escribir y crecer. Esa fue la aventura para la cual aquellos seres "casi normales" me habían preparado.
Durante estos dos años conocí personas, exploré opciones, me equivoqué, acerté, creí enamorarme, logré sortear escollos, reírme de mi mismo y tomarme en serio otra vez, sufrir, recuperarme, estrenar un espectáculo tan desconcertante como aquel plan y que me dió iguales o mayores satisfacciones. Y aquella directora de tesis,a quien estaba conociendo apenas, se convirtió en una amiga maravillosamente sorprendente, inteligentemente incorrecta y sagazmente provocadora.
Desperté. Y volví a leer, a estudiar en serio, a lanzarme al rio dionisiaco de un mundo de saberes, imágenes, culturas y riesgo del que me había estado privando durante largo tiempo.
Un océano de libros.
Es fácil agradecer en los triunfos. Hoy, aún estoy escribiendo aquella tesis. Ha habido marchas y contramarchas. Ha habido tiempos muertos, desórdenes, empuje y desidia. Ha habido de todo. Y hoy, que debería preguntarme e inquietarme si ese trabajo será aprobado para su defensa o no, me sorprendo diciéndome: "No importa"
Quiero explicarlo. Sí importa. Claro que importa. Pero no me define. Una nota brillante o una nota digna sosiegan, provocan sonrisas y destapan botellas de vino de celebración. Una nota que desaprueba invita a hacerse cargo. Invita a nadar en otro océano y en otro rio y a saber que eso me llevará a otras orillas. Quizá no las que imaginaba pero seguramente no me hundirá en abismos oscuros.
Me invitará a hacerme cargo. A ser adulto.
Por eso, hoy trabajo en función de un SÍ. Pero un SÍ que sea para mi, que me permita compartir lo que tengo y capitalizar lo que no tengo. Y eso es un triunfo del que disfruto en mi intimidad porque sé que el poder es mio...y que un tropiezo no hace sino darme impulso para ir mas adelante. Y decía, es fácil agradecer en los triunfos. pero hoy quiero agradecerle a esa profesora que me dirige - aún sin saber el resultado final- por haberme empujado a ese mar de colores, personas, sonidos y experiencias que apenas comienzo a atravesar. Y quiero agradecer porque estos dos años han sido para mí, una experiencia de vida tan intensa que casi me resulta increíble.Miro hacia atrás  y me pregunto que misteriosas manos diseñan estos caminos sorprendentes que nos revelan escaleras al cielo.
No revelaré aún su nombre. Puede que prefiera que la mencione mas adelante. Pero esta noche celebro con un poco de jazz y de sonrisas por dos años que se convertirán en algo mucho más que un resultado final.
Decido disfrutar.
Y eso, ya es un FELICITADO.

Fotografía de  Hossein Zare

Comentarios

Entradas más populares de este blog

EL COLIBRÍ DEL MAR

La leyenda guaraní afirma que el colibrí revolotea de flor en flor para llevar a las almas de los que han partido hacia el Paraíso. Una variación de la misma afirma que cuando aparece un colibrí significa que el alma de los que amamos está en un buen lugar. Hace poco más de veinticuatro horas, luego de un viaje adrenalínico por sus serpenteantes y verdes rutas, llegué a Brasil por cuarta vez. Fué inevitable pensar "es la primera vez en mi vida en que no llamaré a mamá para decirle que he llegado bien" Esa llamada mía era como el colibrí que ella esperaba para darle las buenas nuevas y la tranquilidad de que estaba en un buen sitio y en el mejor estado. El complejo donde están nuestros apartamentos es de ensueño. De igual modo lo es la preciosa playa de Campeche, oculta graciosamente tras un pequeño paisaje antiguo.  "Sigue derecho hasta la iglesia que está enfrente- me dice Carlos en español pero con un canturreo portugués muy particular-  y el caminito lateral

EL DOLOR. EL RITUAL.

No fotos. Lo pensé, pero no. No golpes bajos de imágenes que nos hagan brotar lágrimas melodramáticas. No estoy siendo melodramático, yo, justamente yo, que amo el género, que soy sentimental. Pero no. Las personas tenemos una relación muy personal con el dolor. MUY personal. Cuando era más joven lloraba a mares por todo. Un llanto de niño, un llanto de capricho, de decepción, de reproche. Hoy hay algo entre la indiferencia y la furia que caracteriza mis momentos de extremo dolor. Un no poder entender  por qué la vida tiene recodos tan oscuros cuando su carretera suele ser despejada, luminosa y llena de risas. Así es la tragedia griega: en lo alto de la vida de un ser humano que va asumiendo poder, gloria y felicidad, la peripecia cambia su suerte en desgracia o su desgracia en suerte. En marzo del 2016 avizoraba un año de novelas, publicaciones y viajes.Muchos viajes. El 6 de marzo aquella perrita adorable a quien llamamos Maura por su negrísimo pelaje enfermó d

DREAMS

Todo comenzó aquí. Una tarde de 2010 mientras me preparaba para salir, una remota radio de internet me trajo estos "Dreams" de Yiruma cantado por una voz blanca y maravillosamente imperfecta. Fascinado por su dulzura melancólica, por su fuerza convocante, por convertirse en la emoción exacta de un sueño increíble que había tenido noches atrás- y que intenta ser un guión cinematográfico- tomé nota apurada de aquel autor y comenzó mi búsqueda. Durante los dos años siguientes toda la música de Yiruma me ayudó a traducir procesos personales, crisis, alegrías, despedidas, melancolías, promesas, amores que no fueron, anhelos de un mañana. Se convirtió en un compañero de mañanas, noches, instantes. El poder visceral de la música con la simpleza de su piano me llevó por caminos cubiertos de hojarasca, por bosques nevados, por ríos espumosos.  Yiruma se convirtió en mi alter ego musical; esa mezcla de fantasía, melancolía y brillo que creo que soy. Como muchas otras