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Mostrando las entradas de julio, 2010

UNA PESADILLA

Francis Bacon "Figura tumbada" La sala es fría, inhóspita. La pintura se cae de las paredes. Una puerta que conoció mejores épocas es periódicamente sacudida y golpeada por el viento frío de la mañana. La cortina de voile desgastado y sucio cuelga de ella como un sudario. Y entonces escucho mi nombre. Entro a otra sala aún mas fría, con una luz que no me deja ver el rostro de lo que parece ser una bruja oscura preguntándome datos como si fuera un objeto mas. De reojo creo adivinar una voz en un cuerpo que yace próximo a mí. Soy ataviado con una indumentaria grotesca y subido a una camilla en la que las luces opresivas me exponen cual mercadería. Un amable verdugo entra a la sala y me hace preguntas estúpidas mientras busca en donde acertar su aguja. Y siento que todo me duele y me siento manipulado, mareado, expuesto. He sido arrojado a un mundo del cual quiero escaparme y no puedo. Llorar no está permitido. Preguntar tampoco. Las manos de la bruja me empuj

UN SUEÑO

Son un grupo pequeño, dispar, casi absurdo. Corren como niños escaleras arriba por peldaños de ladrillos rojos hasta un patio que bajo las estrellas se revela como un bosque extraño poblado de escaleras de incendio. Un niño llora junto a una hamaca y Milo se acerca para levantarlo. Juntos, ríen tras el percance y son felices con la felicidad simple de quien nada espera mas que una sorpresa del día nuevo entre hojas de otoño y la tibieza del sol. Pese a que Milo guarde el dolor de un amor que no fue y esas viejas palabras vuelvan una y otra vez para recordarle lo que sí existe y que es esta aceptable soledad. ¿ Y los otros? Los otros ríen, juegan, corren, se ríen absurdamente metros mas allá pues no tienen nada que ver el fotógrafo hosco, el director de teatro mediocre, la bella Ana, el cantante ciego, los jóvenes mochileros que van en busca de aventuras...pero algo en común tienen. Una emocionalidad, una expectativa frente a su vida que los pone en acción y esa acción los pone en la se

EL ÁRBOL DE LOS OJOS

El Árbol de los Ojos, o el Árbol que da Ojos como frutos fue creado por Lautaro , de 9 años, ante la consigna propuesta por mi de recrear libremente los árboles observados en la vereda de la escuela. Un grupo difícil. Complejo, indisciplinado. ¿ Será uno de estos grupos que tantos problemas nos causan en la escuela aquellos de los que surgen los futuros -o los presentes- genios? No lo sabemos a ciencia cierta; los docentes juzgamos con demasiada inmediatez. Hasta que nos encontramos con maravillas como esta. Sumergido en un espacio mágico de concentración y felicidad, Lautaro dibujó su Arbol de Ojos con estallidos de color y de forma que me recuerdan a mi siempre venerado Tim Burton. No fue el único: aparecieron el Árbol de los Juguetes, el de las Sirenas, el de los Pájaros...aparecieron decenas de árboles maravillosos allí en donde durante meses y años parecía que había un páramo desolador. Todo ello con la consigna basada en la belleza de la realidad, en la libertad invitada y en la

NINE

Anoche ví NINE: el musical de Broadway llevado al cine de la mano del mismo director de CHICAGO con una puesta deslumbrante y un elenco multiestelar. Pero mas allá de eso, de la belleza de sus imágenes y sus cautivantes coreografías me he visto identificado con su protagonista, Guido Contini, un director de cine en medio de una tremenda crisis creativa entre el refugio de su madre, la pasión por sus muchos amores y la deuda de un argumento para su próxima producción. El niño que nunca se fue acecha la vida de Guido, considerado un genio por la crítica y el público y un fracasado por sí mismo. Guido no sabe que contar, no sabe que decir en su próxima película.Lo acechan cientos de fantasmas y no puede ordenar su vida emocional. Y tras su caída impostergable su obra termina contando su propia historia. Y recuerdo a Tréplev en La Gaviota y su desesperación por buscar nuevos lenguajes. Y su amor por Nina. Y el hostigamiento de su madre y sus fantasmas de la página en blanco. Y salvando las