Se me ocurre compartir un proceso. Se me ocurre que el camino para elaborar mi experiencia actual sea abierto, interrogado y criticado. El proceso de construir una historia a partir de información parcial, en continuo movimiento y con diversidad de orígenes.
La "dramaturgia del actor" ó mas bien una dramaturgia de laboratorio es un camino que elegí hace algunos años a raíz de la disconformidad que me producía el montaje de musicales de repertorio en el ámbito del taller en donde no era posible respetar la estética de la obra de referencia exponiendo sus noveles intérpretes no sólo a una performance dificultosa y contraproducente sino con referentes que obligaban a la copia más que a la creación. Esta dramaturgia ( que no llega a ser exactamente del actor puesto que los textos surgen de mí) es una intersección con los jukebox musicals , esos espectáculos de teatro musical construidos en base a canciones preexistentes generalmente de un único autor y sobre las cuales se ha elaborado un nexo argumental que las toma como parte de tu texto.
Me gustan el pastiche, la mixtura, la hibridación de elementos. Creo que de la aleatoriedad y de la asociación de ideas diversas e incluso antagónicas pueden surgir imágenes exquisitas( como los "cadáveres" surrealistas) y propiciar un camino de búsqueda para el actor y para el director. En el aspecto del autor, la cosa se vuelve una tarea divertida para un toc puesto que el trabajo es ordenar, clasificar y dar sentido a algo que en principio es un gran desorden de muchos objetos de distinta naturaleza.
Y ahí comienza lo divertido.
El descubrimiento de la música de Yiruma, músico surcoreano nacionalizado inglés, me puso frente a una pregunta que me fascina: "¿Que pasaría si..." construyera un musical con los temas de este autor? La música de Lee-Ru-Ma( tal su verdadero nombre) tan melancólica como instrumental no podría sostener un espectáculo teatral con el ritmo que este necesitaba. De modo que se hacía necesario buscar algo más.
Pero antes de la búsqueda consciente, el azar jugó a mi favor una vez más. Descubrí que Yiruma había compuesto la música de la famosa saga "Crepúsculo" y no sólo eso sino también las BSO de más de una serie de animé. Retomé entonces aquel género que no veía desde mi adolescencia y me di cuenta de que estaba sembrado de muchos temas del pop japonés. Pero Yiruma es coreano y quise ser fiel a él.¿Como sería el pop coreano? Descubrirlo y fascinarme fue una sola cosa. Y el trabajo de búsqueda comenzó.
Entonces: la consigna era tomar varios temas del pop coreano y japonés para construir una historia sobre ella. ¿Podría ignorar la estética oriental en esta elección? Seguramente no.¿De donde tomar una forma visual que no fuera la de Japón medieval? No quería hacer un kabuki ni darle la apariencia estereotipada de Madame Butterfly.
Y ahí estaba el animé. Lo que había sido un auxiliar se convertía en mi eje de búsqueda. El animé, entonces, contaba con una estética visual, dramática y argumental que la emparentaba directamente con uno de mis géneros favoritos: el melodrama. Y ¿como darle la impronta del animé sin quedarme sólo en el color y la música? Es necesario crear una estética actoral, una forma de actuación que se salga de los cánones tradicionales y adopte las formas del dibujo animado.
Con la música y la estética en mi camino me restaba encontrar la historia. Y bien, ahí está la historia. Otro mix, otra hibridación, otro pastiche que procura reformular algunos de los grandes clásicos. Pero ese es un punto para otro posteo.
El camino comienza ahora con muchos elementos dispersos que van hallando su eje y su camino. Vamos.
Qué intriga!!! Esperando espectante el próximo posteo, saludo anónimamente con un TKM! :)
ResponderBorrarTres años màs tarde(¡que barbaridad!) te cuento que ya se convirtiò en una obra de teatro y actualmente va en camino a ser una novela. Pronto màs novedades! Gracias por comentar.
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