Ya falta poco.
Y casi no puedo creerlo.
Pocos días para un estreno nuevo.Otro mas en este año de locos.
Y no es poco porque me encuentra del otro lado del escenario, es decir, en el centro mismo de la escena, volviendo a actuar.
Luego de muchos años de jugar en el rol del director, la actuación me encuentra( o yo la encuentro a ella) de la mano de un personaje tan sutil como brillante, tan grotesco como querible.
"Cuando te mueras del todo" me cuenta en su elenco...y yo lo cuento entre una de mis ricas experiencias.Una master class de dirección que estoy recibiendo desde hace cinco meses y de una contención artística y humana de parte de mis compañeros de juego.
La truculenta comedia negra de Daniel Dalmaroni cuenta sobre un asesinato brutal y cinco cómplices espeluznantes que develarán algunos secretos y muchas miserias.Una de esas comedias para reír llorando o para llorar con el sarcasmo a flor de piel.
Y en medio de ellos me encuentro, como uno de esos seres tan ambivalentes como desvalidos ante un universo de oscuridades varias, de capas de telarañas pegajosas y laberínticas.
El encubrimiento del crimen es una gran operación de descubrimiento de cosas.Ninguno de ellos lo imagina. Desnudos ante la luz descarnada de un departamento en la madrugada, esos seres horrorosos no producen sino la risa nerviosa de quienes contemplan por el ojo de la cerradura.
Hasta ahí la obra de Dalmaroni.La mía continúa.
Continúa en la magia de esa sala recorrida mil veces para un ensayo, para una reunión, para un espectáculo y saber una vez mas que el espacio se transformará, como ya se transforma, en un rincón en donde puedo sentir que las luces me acarician, me develan y me convierten en ese alguien que no soy yo pero que tiene mucho de mí...como todo personaje teatral.
Se suman elementos escenográficos. Se descubre un nuevo gesto, una nueva entonación, arrecian los ensayos finales.Se escuchan las voces nuevas, cae la piel de los actores y se visten con la de sus criaturas.Y nos divertimos y nos emocionamos y el ego bien entendido y el brillo de las energías individuales y de conjunto empieza a tallar la historia.
Y ya necesito al público, esa otra puesta en escena que los actores contemplamos con cierta superioridad y con indiscutible terror desde la luz que nos envuelve y la oscuridad que nos contiene, cada noche, cada ensayo, para volver a hacer magia.
Y casi no puedo creerlo.
Pocos días para un estreno nuevo.Otro mas en este año de locos.
Y no es poco porque me encuentra del otro lado del escenario, es decir, en el centro mismo de la escena, volviendo a actuar.
Luego de muchos años de jugar en el rol del director, la actuación me encuentra( o yo la encuentro a ella) de la mano de un personaje tan sutil como brillante, tan grotesco como querible.
"Cuando te mueras del todo" me cuenta en su elenco...y yo lo cuento entre una de mis ricas experiencias.Una master class de dirección que estoy recibiendo desde hace cinco meses y de una contención artística y humana de parte de mis compañeros de juego.
La truculenta comedia negra de Daniel Dalmaroni cuenta sobre un asesinato brutal y cinco cómplices espeluznantes que develarán algunos secretos y muchas miserias.Una de esas comedias para reír llorando o para llorar con el sarcasmo a flor de piel.
Y en medio de ellos me encuentro, como uno de esos seres tan ambivalentes como desvalidos ante un universo de oscuridades varias, de capas de telarañas pegajosas y laberínticas.
El encubrimiento del crimen es una gran operación de descubrimiento de cosas.Ninguno de ellos lo imagina. Desnudos ante la luz descarnada de un departamento en la madrugada, esos seres horrorosos no producen sino la risa nerviosa de quienes contemplan por el ojo de la cerradura.
Hasta ahí la obra de Dalmaroni.La mía continúa.
Continúa en la magia de esa sala recorrida mil veces para un ensayo, para una reunión, para un espectáculo y saber una vez mas que el espacio se transformará, como ya se transforma, en un rincón en donde puedo sentir que las luces me acarician, me develan y me convierten en ese alguien que no soy yo pero que tiene mucho de mí...como todo personaje teatral.
Se suman elementos escenográficos. Se descubre un nuevo gesto, una nueva entonación, arrecian los ensayos finales.Se escuchan las voces nuevas, cae la piel de los actores y se visten con la de sus criaturas.Y nos divertimos y nos emocionamos y el ego bien entendido y el brillo de las energías individuales y de conjunto empieza a tallar la historia.
Y ya necesito al público, esa otra puesta en escena que los actores contemplamos con cierta superioridad y con indiscutible terror desde la luz que nos envuelve y la oscuridad que nos contiene, cada noche, cada ensayo, para volver a hacer magia.
Hermoso lo que escribiste Gus. Sos un excelente compañero y ACTOR. Me enorgullece estar en un nuevo proyecto juntos. Esta vez...compartiendo escenario. Un abrazo y nos vemos en el momento de hacer magia...
ResponderBorrar