Fin de año, fin de ciclo. Muchas experiencias intensas, muchas y variadas.
De las buenas, de las malas.
Me he pasado la noche( y desde hace un par de días) organizando la mutación entre el verano argentino y el invierno europeo. No soy bueno haciendo valijas. Siempre parece que me estoy mudando. Es una desgracia( de las cotidianas, saben que soy exagerado) ¿será que el barroquismo del teatro musical se cuela también en mi vida cotidiana?
Ha de ser eso, sin dudas.
Corro de un lado al otro, cierro cosas, ajusto cuestiones, hago un par de pagos, mil compras pequeñas y algunas absurdas( ¡como admiro a las personas que viajan con una valijita y lo puesto!) y así y todo me digo "llevo lo justo y necesario"
¿En que momento me convertí en un malcriado?
No lo digan: desde siempre.
Y de repente me digo: "Dejo todo como está y lo acomodo en mi primer parada"
Y que la vida me sorprenda.
Y en éste día -1 ( menos uno) me descubro en mi eterno tironeo entre las dos pasiones: viajar y sentarme eternamente en un bar a escribir.
Parece que lo hacen a propósito: ahí están Satu, Garou, Iverna y Troya golpeando las puertas de mi cabeza y diciéndome cada cosa que tengo que escribir para la compleja escena del baile. Ah, aclaro, es la escena del baile en mi novela aún sin título definido( MÍTICA, LA CHICA DEL CANGURO ROJO...al menos con ellos la voy manejando en redes sociales)
Y los muy ladinos aparecen en medio de un desorden de valijas, zapatos, cajas y documentos. Entre llamadas, cierres de temporada, saldos de producción y operaciones bancarias. Y no me queda más remedio que atenderlos. Y lo hago con placer mientras el tiempo corre y el vals de las flores( ahora) y antes el vals del emperador me dicen que llegó el momento de unir el mundo ciberpunk con el mundo soñado y magnífico de un pasado idealizado en los cuentos de hadas.
La escena se pone irónica y al mismo tiempo melosa. Creo encontrar un mecanismo de suspenso que la vuelve rítmica y me entusiasmo tanto que en el micro la siesta se interrumpe para que la lapicera( amo escribir a mano) corra llenando una hoja tras otra.
El resultado¿es bueno?
Sí, no es el definitivo, pero es bueno.
Durante cinco de las seis horas de viaje me he deleitado viendo como a la pérfida Iverna las cosas le salen con ...cierta diferencia( spoiler alert) y como el k-pop vuelve a llenar de emoción cada palabra y cada imagen barroca, burbujeante, contradictoria y exagerada.
Igual a mis valijas.
Y sí...crear es incómodo incluso en la vida cotidiana. Pero que le vamos a hacer...soy lo que soy dice la canción.
Y SOY aparece siempre en las palabras y los abrazos de esas personas queridas con las que trabajé un año entero. Hoy vuelan hacia otros horizontes( como debe ser) y yo vuelo hacia otros( como debe ser) hasta que sea el momento de reencontrarse en nuevas instancias.
Soy un desastre haciendo valijas pero estoy feliz porque este capítulo va bien encaminado.
Mañana, cuando comience a acercarme a la tierra de donde las hadas, los magos y la imaginería "jrowkelingiana" vieron la luz, experimentaré otras cosas.
Sin lugar a dudas, los personajes "sufrirán" las felices consecuencias.
Ahora, a descansar.
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