¿Cuando sucedió?
¿Días, semanas...?
No hay tiempo cuando la espera se vuelve eterna y se sospecha inútil.
No era más que una invitación.
Una botella de vino, algunas copas, una conversación.
Nada importante, nada más que un momento.
Dijiste "no" a ese momento. Bueno, tus razones habrás tenido.
¿Las expresadas? ¿Otras?
Desde entonces, no se cuanto tiempo ha pasado.
¿Días?
¿Semanas?
¿Por qué una renuncia a un encuentro más me ha producido este terremoto interno?
Ya no hay paz en mis atardeceres y todo me fastidia.
Desde entonces te siento perdido en una tormenta de nubarrones de agua y bruma, en una tempestad de arena y desierto en donde ya no podés verme.
Desde entonces imagino esa escena de película en que nos separaremos bajo una lluvia definitoria y bajo la cual finalmente nos abrazaremos sin saber por qué lloramos con desconsuelo.
Pero miro hacia la calle y sólo veo gente distraída.
En banalidades, en tonterías, en nada.
Mientras tanto abro una botella de vino para mí solo y enciendo el televisor.
Mientras tanto, sólo puedo pensarte como ésta melodía.
Sin lugar a dudas, el amor es una tormenta. Suena como algo dulce y arrullador pero es un maremoto en donde estamos perdidos y asfixiados.
¿Donde estás?
¿Como decírtelo?
Todo aquello que sentía seguro, sereno y expectante ahora se me ha dado vuelta como un bolsillo roto desparramando mis cosas y produciéndome inquietud. Todo el tiempo.
Y es tal como esta melodía lo cuenta: es un misterio. Es una tormenta.
Comentarios
Publicar un comentario
Su comentario es bienvenido.