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El Pez

http://sobreleyendas.com/2010/08/23/la-leyenda-de-yeh-shen-la-verdadera-cenicienta/
Debía ser.
Este blog ha cambiado de nombre.
Y es un compromiso, claro que sí.
Porque juega con las célebres crónicas de Ray Bradbury y también porque me compromete a contar sobre este Piscis voluble, conflictivo, sensible, enamoradizo y oscuro. Todo al mismo tiempo.

Todo eso al mismo tiempo soy yo.
Lo sé bien.

Me alegra haber decidido esto. Me alegra tener este espacio en donde hablar de mí. Porque a veces las ficciones no son suficientes ni tan inmediatas. Porque las sensaciones son brutales y necesitan ponerse en palabras y en imágenes. Y una imagen artística no puede ser tratada así nomás.

Y esto tampoco: pero me permite jugar. Es un ejercicio.
Como en esta noche en que hay cierta melancolía, cierto candor enamoradizo, cierto temor hecho dolor.
Soy así. A veces amo ser de esta manera. A veces lo detesto.

A Gustavo no le resulta fácil convivir con este pez que a veces es payaso y a veces depredador.
Pero vive. Y se reinventa cuantas veces puede.

El arte es, sin lugar a dudas, el mas poderoso de los exorcismos. Al menos es el que encuentro. Y aunque aquí no hay ficción, hay palabras. Las bellas palabras y las imágenes prestadas. Con ellas jugaré el juego de reconocerme y compartir. Y en el juego aprenderemos.

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. Cardumen azul- Pintura de Carlos Monge Piscis se representa por dos peces que nadan en direcciones diferentes. Más bien, por el mismo pez que nada en direcciones opuestas Por estos días me siento m ás Piscis que nunca. Por estos días tengo sentimientos encontrados. Inconforme conmigo mismo, conforme conmigo mismo. Inconforme con el lugar y lo que hago, agradecido con el lugar, la gente y lo que hago. Deseoso de abandonarlo todo. Deseoso de abrazarlo todo para siempre. He navegado mares tumultuosos ...pero al mismo tiempo siento que nunca fueron tormentas lo suficientemente dignas. He surcado aguas tranquilas; quizá demasiado ordenadas, demasiado tranquilas. Aquellas tormentas fueron generadas por mí en un interior que necesita aclararse. Éstas aguas tranquilas necesitan desembocar a océanos que verdaderamente me desafíen.  En términos cinematográficos, es el plot point, el punto de giro en que la vida del protagonista cambia definitivamente de rumbo