Stanislavsky y Strasberg, las dos grandes "eses" del teatro del siglo XX sentaron con fuerza y autoridad sus investigaciones acerca de la dirección de los actores y su forma de llegar a la emoción vivenciada. El realismo fue una revolución para su época y nos fue marcando en nuestra formación con una que otra variante pero siguiendo caminos precisos, casi recetas infalibles.
De un tiempo a esta parte, la dramaturgia y la dirección han dado pasos innovadores, cuestionadores, desestabilizadores...antes el teatro era palabra, luego fue emoción, ahora es cuerpo presente. La teatralidad es ese acontecimiento que se opera de manera mágica, casi milagrosa entre quien mira y quien se deja mirar y para llegar a ella hay que romper con todo lo conocido y volver a construír. Hay quien dice que si sabe como comenzar a montar un texto en escena ya no hay interés en el texto. Otros hacen extenuantes trabajos de mesa para un minucioso análisis intelectual de las palabras, las intenciones, los momentos, la música, el gesto, el movimiento. Pero todo parece construírse sobre la sistematización del caos organizado. ¿O no?
En definitiva¿como se dirige al actor?
¿Como aprende el actor?
¿Como llegamos a donde queremos llegar?
El teatro, como toda forma de arte, es una gran pregunta.
Sólo sé que no sé nada.
Pero prometo seguir estudiando.
Comentarios
Publicar un comentario
Su comentario es bienvenido.