Con un sencillo guión y la música maravillosa del Cirque Du Soleil quedó marcada la experiencia del teatro en la escuela.MI experiencia; la que me anima a seguir intentándolo y la que me dice que educar no es un solemne entramado de rancias formas estereotipadas en las que casi nadie cree sino un juego fresco tal como es el teatro en su esencia. Lo conseguido va mucho mas allá de un simple resultado estético: tiene que ver con resultados humanos, sociales, de contenido expresivo y comunicacional, fue un pequeño gran elemento sorpresa para los muchos que no se esperaban mas que el cumplimiento formal de una rutina escolarizada. Que mal que suena"escolarizada" en este contexto, ¿verdad? pero es que hemos olvidado que la escuela es un espacio para la discusión, para el entrecruzamiento de experiencias, para vivir intensamente el intercambio de ideas, para el asombro y para el aprendizaje verdadero. La escuela primaria, generalmente, pierde su sentido de deslumbramiento opacada por un tiempo actual vertiginoso que corre y al cual el espacio institucional no puede o no quiere seguir a costa de seguir repitiendo fórmulas caducas que no hacen feliz a nadie. Pero el teatro lo ha conseguido. Gracias al maravilloso, querido, adorable teatro y sus artes entramadas( la plástica, la música), hemos conseguido volver a ser felices en la escuela.
Tenía que contar esta experiencia: ojalá sirva para que podamos repetirla no mas a menudo sino de manera sistemática. Entonces sí, mi acción docente habrá tenido algún verdadero sentido en mi propia vida y en la de los demás.
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